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Congregación Cuerpo y Sangre de Cristo

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BOGOTA, D.C. Calle 78 # 76-26 Barrio la Granja, Cundinamarca, Colombia
Horario de Eucaristías de 2018: Miércoles 5:00 p.m.; Jueves 7:00 a.m. y 5:00 p.m.; Viernes 7:00 a.m. y 5:00 p.m.; Sábado 7:00 a.m.; Domingo 7:00 a.m.- 10:00 a.m.- 5:00 p.m. ENLACE SANTÍSIMO EN LINEA https://www.churchservices.tv/navan

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domingo, 30 de abril de 2017

PREPARACIÓN PARA PENTECOSTES 30 DE ABRIL DE 2017

EL ESPÍRITU SANTO Y EL NACIMIENTO DE JESÚS
Lc 2,6-14



I
El Hijo enviado por el Padre y encarnado por obra del Espíritu Santo, nació en Belén, vino al mundo para darnos el Espíritu que del Padre y de El procede, vino a darlo a conocer, a ofrecernos su reinado, sus consuelos y a darnos una Madre en María.
¡Cuánto se gozaría el Espíritu de Amor contemplando aquel Niño que era su propio reflejo!, ¡a quien llenó de carismas, gracias, dones y virtudes!

II
Las buenas inspiraciones nos vienen siempre por el Espíritu Santo. Ya lo hemos visto inspirando a Zacarías y a Isabel, y sobre todo a María en el sublime cántico: "Magníficat". Ahora le veremos en el nacimiento de Jesús inspirar a los ángeles, a los pastores y a los Reyes magos para que acudan a adorar al Niño que nació de María y que fue concebido por obra y gracia suya.
"Se les presentó (a los pastores) el ángel del Señor, y su gloria los envolvió en su luz y se llenaron de temor. El ángel les dijo: "No temáis, les anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Cristo Señor; y esto les servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre". Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial que alababa a Dios diciendo. "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes se complace". Lc 2, 9-14
El Espíritu Santo ponía en ellos esas alabanzas y los llenaba de regocijo, porque "Dios oculta sus misterios a los sabios y se complace en revelarlos a los humildes e ignorantes". Lc 10, 21. ¿Qué fruto debo sacar de aquí?

III
¡Qué estrecha unión la del Espíritu Santo con Jesús! El nacimiento del Hombre-Dios da gloria al Espíritu Santo, porque a Él y a María se debió su nacimiento.
El primer hombre que recibió en su corazón plenamente al Espíritu Santo es el Dios-Hombre: Jesús. ¡Con cuánta verdad diría el Espíritu Divino: "Mi delicia es estar con los hijos de los hombres" Pr 8, 31. es decir, con Jesús, María y José, y con las almas humildes congregadas alrededor de aquel pequeño grupo.
"Vamos a Belén -dijeron los pastores llenos de regocijo-. Y fueron a toda prisa –porque el Espíritu Santo impulsa y activa- y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón" Lc 2, 15-19, viviendo en íntima comunicación con las tres divinas Personas.

ORACIÓN
Dame tu corazón, Virgen santa, para saber agradecer el don del cielo: Jesús; en quien recibimos al "Espíritu Santo que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! Ga 4, 6
Dios, en su infinita misericordia, establece con nosotros relaciones de familia: ¡somos de la raza de Jesús y de María!, ¿Y a quién debemos este beneficio sino a ti, Espíritu Santo mío?
¡Y digo, mío, lleno de alegría, porque Dios te ha dado a mí para hacerme feliz! Desde mi bautismo me poseíste, ¡fui tuyo y tú mío!
Desde hoy quiero amar al Padre y al Hijo con tu mismo Amor.

Amén.


sábado, 29 de abril de 2017

PREPARACIÓN PARA PENTECOSTES 29 DE ABRIL DE 2017

EL ESPÍRITU SANTO Y EL "MAGNIFICAT"
Lc 1,46-55



I

El pensamiento continuo y la habitual ocupación de María eran amar y adorar a Dios con todo el ardor y agradecimiento de su Corazón; por eso, su primer impulso fue “engrandecer, alabar al Señor"; y su espíritu voló a Dios...
El canto del "Magnificat" fue la expresión del estado permanente del alma de María: amar, bendecir y dar gracias a Dios fue su vida, aun en medio de los dolores más acerbos.

II

María lleva consigo a Jesús por el Espíritu Santo, pero calla el misterio y se limita a saludar a Isabel, sin embargo, eso bastó, y María, templo vivo del Espíritu Santo, se lo comunica a su prima como un soplo, al simple sonido de su voz; y el Espíritu divino, inspirando a Isabel, descubre el inefable misterio…
María, al ver descubierto su secreto, prorrumpe inspirada por el Espíritu Santo: "Todas las generaciones me llamarán dichosa". Lc 1, 48.  María proclama el "Magnificat" al impulso del Espíritu Santo. Y Jesús, desde el corazón de su Madre santísima, se une a esta alabanza.
Y yo, ¿vivo como María en gratitud y alabanza constante? ¿Cómo le agradezco al Padre que me da a su propio Hijo en la Eucaristía? ¿De qué modo correspondo al Espíritu Santo por sus predilecciones de amor? ¿Y a Jesús, que me alimenta con su Cuerpo, su Sangre y su divinidad?
¿Proclamo el "Magnificat" con María, al impulso del Espíritu, con amor, humildad, gratitud y esperanza?

III

María ha recibido más gracias que ninguna otra criatura. Por eso proclama, movida por el impulso interior del Espíritu Santo, el "Magnificat". A voces glorifica a Dios convidando a toda la humanidad y bendice la bondad del Señor: "Porque puso sus ojos en su humilde sierva. Aquel cuyo Nombre es infinitamente santo". Lc 1, 48.49
Al pregonar María las maravillas de Dios, nos da a conocer, con humildad, sus grandezas, pues la humildad no consiste en callarlas, sino en publicarlas como testimonio del poder y misericordia de Dios en Ella. ¡Admirable es María que, sabiendo expresarlas, también sabe "guardar tantas cosas en su corazón". Lc 2, 19. 51
El Espíritu Divino, que en estos momentos irradia en mí, que me comunica el ansia de amarle, de cambiar mi tibieza en fuego, de romper las cadenas que me impiden una vida santa y sacrificada, con esto me prueba que su "misericordia se extiende a todos los que le temen con amor". Lc 1, 50


ORACIÓN
 ¡María, Hija del Padre, madre del Verbo, esposa del Espíritu Santo, dame tus labios y tu Corazón para saber sentir y manifestar mi agradecimiento por sus infinitas bondades al que es AMOR!
;Quiero alabar y publicar tus maravillas, Espíritu Santo, la Iglesia te llama "VIVIFICADOR" porque nos devuelves la salud, nos confortas y reanimas, curas nuestras llagas y creas en nosotros una nueva vida!
Virgen santa, ruega al Espíritu Santo que venga a nosotros, que nos haga suyos; que penetre en nuestro corazón para jamás ofenderle, y para probarle nuestra gratitud con una vida sacrificada en su honor.
Dile que "extienda su misericordia y el brazo de su poder de generación en generación" Lc 1, 50, sobre todos los míos; que nos infunda la humildad verdadera, que no se turba con los favores y que es ensalzada por el mismo Dios.

Amén.


viernes, 28 de abril de 2017

PREPARACIÓN PARA PENTECOSTES ABRIL 28 DE 2017

EL ESPÍRITU SANTO EN LA VISITA DE MARIA A ISABEL
Lc 1,39-45


I

Oculta e ignorada vivió siempre María; pero luego que la visitó el Espíritu Santo y hospedó al Verbo, Hijo del Padre, en sus virginales entrañas, impulsada por el Divino Espíritu, "María salió con gran presteza a una ciudad de Judá". Lc 1, 41.
La caridad inflamaba el corazón de María; la consumía el ansia de servir, de comunicar el Fuego divino que la devoraba, porque el sello de la caridad verdadera es la abnegación, el olvido propio, el sacrificio; y todo esto se refleja en el amor al prójimo.
¿Y yo? ¿No retardo por respetos humanos, comodidad o egoísmo, hacer el bien a los demás? ¡Cuántas veces evitamos sacrificios que deberíamos afrontar, no sólo en bien de los cuerpos, sino sobre todo de las almas.
¿De dónde proviene esto? De que nos falta el amor, es decir, el Espíritu Santo; de que vivimos alejados de su influencia bienhechora.
Por eso vegetamos en vez de vivir y hacer obras para la vida eterna, porque un alma que ama a Dios une las buenas obras, los vencimientos y todas las virtudes al amor.
¿Y Quién es el Amor, sino el Espíritu Santo?

II

Santa Isabel va a recibir la plenitud del Espíritu Santo por María -en su visita, en su acercamiento, en sus confidencias y en su amor-. "Cuando Isabel oyó la salutación de María, fue llena del Espíritu Santo". Lc 1, 41
¡Qué timbre tan dulce y atractivo tendría el acento de la que ya era la Madre de Dios! ¿Y quién es digno de oír la voz de sus consejos, sino el alma pura y sacrificada que sabe copiar sus virtudes, amarla como a la más santa de las madres y que se desvive por complacerla?...
La plenitud del Espíritu Santo desciende a un alma que ame a María.
¡Qué dicha tan grande la que otorgó María a Isabel sirviéndola; al hacerla testigo de aquel desbordamiento de humildad y gratitud, expresado en el MAGNÍFICAT, que Isabel escuchó extasiada!

III

María fue a la montaña impulsada por el Espíritu Santo, y Jesús iba con Ella. ¡Llevaba consigo al Espíritu y al Verbo, inseparables del Padre!... ¡Toda la Trinidad Santísima, de Quien era tan amada, habitaba en Ella!
Apenas habló María a santa Isabel, cuando Juan Bautista y su madre recibieron al Espíritu Santo; es decir, que la palabra de María le atrae; que a donde va, lo lleva, porque lleva a Jesús; y Jesús, el Verbo Divino, es inseparable del Padre y del Espíritu Santo, porque de las tres divinas Personas, UNA sola es la substancia, sólo UNA la esencia.
Ese niño, Juan, bajo la acción del Espíritu Santo, que recibió al mismo tiempo que su madre, preparó el camino al Mesías; convertirá a millares de hombres, bautizará a Jesús, al que dará sus primeros apóstoles, y morirá mártir.
¡Cuántas gracias recibió Juan Bautista con poseer al Espíritu Santo y qué poderosa es su acción de amor cuando el alma corresponde a sus fines!

ORACIÓN

¡María, Madre de mi corazón, a quien tanto amo!, tú que llevaste al Espíritu Santo a aquellos corazones fieles, dámelo a mí, tráelo a mí y a los míos, para nuestra santificación.
Recuerda aquellos días felices en que el Espíritu Santo te asoció al primer apostolado de tu Hijo divino, entregando el Espíritu Santo a Juan Bautista como te asociará hasta el fin del mundo para santificar las almas con tu piadosa cooperación.
Si por ti baja Jesús a las almas, por ti subiré yo al Espíritu Santo para más conocerlo y amarlo; para recibir sus divinas inspiraciones, porque todas, Madre, todas hallan eco en tu corazón de Esposa.

Amén.


jueves, 27 de abril de 2017

PREPARACIÓN PARA PENTECOSTES 27 DE ABRIL DE 2017

EL ESPÍRITU SANTO Y JUAN BAUTISTA
Lc 1,41-44



I
El Precursor del Mesías vino al mundo de manera milagrosa. El Señor, movido por las oraciones de sus padres que eran justos y estaban llenos del Espíritu Santo, se apiadó de su ancianidad y les concedió un hijo. "Zacarías, su padre, quedó lleno del Espíritu Santo" Lc 2, 67 y de él se sintió llena Isabel Lc 1, 41, su madre.
El Espíritu Santo preparaba ya la venida del Salvador influyendo en Juan Bautista, que más tarde había de señalar al "Cordero de Dios que quita los pecados del mundo". Jn 1, 29
Las obras de Dios necesitan siempre de la acción directa del Espíritu Santo, y especialmente la santificación de las almas.
¡Santo Espíritu, esencialmente activo y fecundo, vida y padre de la vida. Luz y Fuente de la luz, bondad y mar de la bondad, dador de toda gracia!, ¡santifícanos!

II

El nombre de Juan es lo mismo que plenitud del Espíritu Santo, porque significa "GRACIA DE YAHVÉH". Todas las gracias, aun antes de venir al mundo, Jesús las mereció; el Espíritu Santo las distribuye en las almas; y María es el canal por donde esas gracias se han derramado, y se derramarán en el mundo por los siglos de los siglos.
Desde antes de nacer Juan Bautista, lo poseyó el Espíritu Santo y fecundó en su alma el germen de toda virtud. ¡Espíritu de amor, dame una chispa de tu fuego para recibir tus dones celestiales!

III

¡Cómo gozaría el Espíritu Santo al mirar al precursor, señalando a las multitudes quién era EL CORDERO DE DIOS; cuando bautizó a Jesús y vio abrirse el cielo, descender una PALOMA y posarse sobre el Redentor que le haría exclamar: "Yo lo vi y  doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios”. Jn 1, 34.
Las consecuencias de un alma llena del Espíritu Santo, como la de Juan Bautista, son consecuencias extensísimas, porque convierten a innumerables pecadores y preparan la venida de Jesús en el mundo y en las almas.
Lleno el Precursor de ese Santo Espíritu, vivió retirado del mundo y pobre; penitente, recogido y absorto en Dios; puro y ardiendo en celo por dar a conocer al Salvador. Humilde y gozoso de desaparecer confesó: "Yo los bautizo con agua para conversión; pero Aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no merezco desatarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego". Mt 3, 11.
Quiero, aunque nada valgo, desempeñar el papel de precursor, extendiendo el conocimiento del Espíritu Santo y su infinito amor.


ORACIÓN

¡Santo Espíritu!, poséeme, transforma mi corazón, lava en mí lo que está manchado, y que con tu luz y fuego arrebate las almas a Satanás y las consagre a ti para siempre.

Amén.



miércoles, 26 de abril de 2017

PREPARACIÓN PARA PENTECOSTES 26 DE ABRIL DE 2017

EL ESPÍRITU SANTO VIVIENDO EN JESÚS Y EN MARÍA





Mt 1,20-21; Lc 1,35

I

María posee a Jesús, es suyo enteramente suyo... Lo recibió del Espíritu Santo para la gloria de Dios y para sacrificarlo en favor de los hombres. Y ¿por qué se enamoró el Espíritu Santo de María? Por su candor, por su pureza, porque en el transparente cristal de su alma se reflejaba siempre viva la imagen de la Trinidad Santísima.
Poseída por el Espíritu Santo desde el primer aliento de su ser, creció multiplicando sus virtudes de manera inconcebible. En el alma bendita de María plantó el divino Espíritu un delicioso jardín que regó con el manantial perenne de sus dones para que floreciera en virtudes y fructificara a Jesús, el Hijo del Eterno y su propio Hijo.
Meditemos, pues, en ese Fruto precioso, no sólo de María, ¡sino en María!
El Espíritu Santo, que no se apartó un momento del alma de Jesús, inspiraba a su Madre Santísima la más admirable y heroica generosidad.
Contemplemos a María, no tan sólo llena de gracia como la saludó el Ángel, sino llevando consigo al Autor de la gracia, que quiso ser su suyo por medio del Espíritu Santo.
Dame, ¡oh María!, ese Espíritu consolador. Ruégale que venga a mi corazón con su divino amor.

II

Del Corazón de María, lleno del Espíritu Santo procedió el Corazón de Jesús, templo del Espíritu consolador. ¡Qué dos Corazones más parecidos! ¿Cuál sería en ellos la divina acción del Espíritu Santo? ¡Que laten al mismo compás; que reciben la misma sangre - sangre que había de ser derramada para la salvación del mundo-!
¡Qué deliciosa intimidad entre el Espíritu Santo, Jesús y María! ¡Qué unión, qué compenetración de voluntades! María está sobre toda criatura: ¡es la Madre de Dios!
La maternidad divina pone a María en relaciones íntimas con las tres divinas Personas.  Al Padre le dice: "Yo soy real y verdaderamente la Madre de tu Hijo"; al Verbo Encarnado: “Tú eres mi Hijo hoy te he engendrado” Sal 2,7;  y al Espíritu Santo: "Aquel de Quien procedes y que con el Padre es tu principio, de quien recibes eternamente la naturaleza que te hace Dios, es mi Hijo, soy su Madre". Oh dignidad y alteza de María!, ¿llegaremos jamás a comprenderla?
¿Y qué almas se han unido tan estrecha, tan íntima, tan indisolublemente, con el Espíritu Santo, como las de Jesús y María? Esta unión íntima se derrama en gracia para la salvación de los hombres.
¡Acción infinitamente amorosa del Espíritu Santo en aquellos dos purísimos Corazones, acción fecunda en gracias para toda la humanidad!

III

Jesús vino al mundo por el Espíritu Santo; María recibió a Jesús el Espíritu Santo. Y yo ¿cómo recibo al Espíritu Santo? ¿Cómo me lo da Jesús'? En la Comunión.
En la Comunión recibo, a Jesús y está en mi alma como estaba en María. Me lo entrega el Espíritu Santo por amorosa voluntad del Padre.
Cuán poco se piensa en la acción del Espíritu Santo en la Eucaristía, donde renueva misteriosamente la Encarnación del Verbo divino en cada una de las almas!
¡Gracias, María, porque le diste a Jesús su cuerpo y la sangre preciosa que iba a derramar, en favor de nosotros!

ORACIÓN
¡Espíritu Santo que tan íntimamente poseíste a los miembros de la Sagrada Familia, Jesús, María y José!, haz que yo también posea a Jesús; que al impulso de tus inspiraciones me mueva, sólo para la gloria de Dios y el bien de los que me rodean, derramando tu caridad divina en los demás.
¡Madre amantísima, que viviste siempre con plenitud los dones divinos del Espíritu Santo, activa su reinado sobre la tierra! Yo sé que el Espíritu Santo desciende a las almas en las que ve tu imagen bendita retratada. Imprímela en mi alma, que hoy te consagro para siempre. Acéptala, Madre; pon en ella tus virtudes y, al contemplar tu parecido, venga a mí el Espíritu divino y me comunique con la infusión de sus gracias los frutos de vida eterna.


Amén.



martes, 25 de abril de 2017

PREPARACIÓN PARA PENTECOSTES ABRIL 25 DE 2017

EL ESPÍRITU SANTO Y MARÍA EN LA ANUNCIACIÓN





 Lc 1,26-38


El arcángel Gabriel fue enviado por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo a una Virgen humilde y desconocida para el mundo, a María, la sola Inmaculada.

_"Dios te salve, llena de gracia; el Señor es contigo"....Lc 1, 28_ 
¡Palabras sublimes con que todo un Dios saludaba a la más pura de sus criaturas!...

María al escuchar la voz del Arcángel se confunde en su humildad...

*El Santo Espíritu* le inspira esta pregunta: _"¿Cómo será esto?"_ Y Gabriel responde: _"El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra.....".  Lc 1, 35._

¡Diálogo que han repetido gozosos a través de los siglos millones de cristianos!

¡Cuánto me encantas, Madre mía, en este misterio inexplicable! Déjame que te contemple, te estudie, te mire María, y me goce en tu grandeza sin nombre. ¡La Madre de todo un Dios, Madre también mía!

_Lo santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios". Lc 1, 35._  

¿Qué puedes temer, ¡oh María!, si has hallado gracia delante del Señor; si eres el precioso objeto del amor del  *Espíritu Santo?*

El Arcángel explicó a María el milagro de su prima Isabel, porque _"no hay cosa imposible para Dios". Lc 1, 37._  

Y Ella, *Esposa del Espíritu* Santo, que le va a dar una fecundidad casi infinita, porque la va a hacer Madre de Dios y de los hombres, responde llena del Espíritu Divino:

 _"He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra"._ Lc 1, 38. 

Y al responder así María, abrazó la divina Maternidad con todas sus dolorosas consecuencias.


_"El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros". Jn 1, 14._

 Vivió primero en el Corazón de María; vino al mundo por el *Espíritu Santo*; y debía ser sacrificado en la cruz por el *Espíritu Santo...*

¡Qué maravilla y prodigio del amor de Dios -María, por su humildad sin semejante, Madre de su mismo Creador!-

¿Qué siente nuestro corazón al contemplarla? ¿Al verla recibir al Espíritu Santo que hizo germinar en ella al Verbo, esplendor del Padre, candor de la Luz eterna, Dios de Dios?...

¡Y el Verbo de Dios dejó el cielo, para venir al pesebre, a ser la burla de los hombres, a la cruz... *por puro amor!*... 

El Verbo divino tomó nuestra carne. ¡Oh caridad incomparable que quiere unificar en Él todos los corazones! ¿Quién podrá agradecer el infinito amor de todo un Dios?



ORACIÓN

¡Espíritu Santo, te amo en María y en Jesús!

¿Cómo no agradecerte la acción fecunda que hizo germinar la tierra y nos trajo al Salvador para hacernos felices?

Adoro los designios del divino Padre, autor de toda la creación, Uno contigo y el Verbo amadísimo que quiso tomar carne para expiar el pecado y darnos la salvación.


¡Espíritu Santo, *Amor divino!*, dame luz y gracia para saber amar al Padre, al Verbo y a ti con María y por María. Amén.


lunes, 24 de abril de 2017

PREPARACIÓN PARA PENTECOSTES ABRIL 24 DE 2017

¡ABIERTOS AL ESPÍRITU QUE RENUEVA NUESTRAS MENTES Y NUESTROS CORAZONES!

Concepción Cabrera de Armida. (Meditaciones) 




INTRODUCCIÓN

Es tiempo de que el *Espíritu Santo* reine dentro de cada corazón y en las arterias de la Iglesia, entonces, florecerá el Amor que transformará al mundo.

*Nadie será pobre con la riqueza divina del Espíritu Santo*, y el Padre y Jesús se complacerán con esa renovación vivificante y palpitante de todo el universo. 

Se buscan medios para detener la corrupción, para conservar la fe, para encontrar la paz, para liberar las inteligencias de los errores de las sectas y para encontrar la paz; *el único medio es el Espíritu Santo.*

Él es la Luz, la Verdad, el único que puede dar testimonio de Jesucristo, delineándolo en los corazones.

Por María se va al *Espíritu Santo* y Ella es el medio suave y eficaz para que *Él venga a reinar* en la humanidad entera.



LA TRINIDAD CONCIERTA LA ENCARNACIÓN EN MARÍA

Jn 1,1-3.14-15; 3, 16-18
  
_“Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”_Jn 3, 16

La palabra de Dios significa, entre otras cosas, *“que se da”*, es decir, *“que se comunica”* en el seno de la Trinidad, eternamente; y lo mismo antes de los siglos que en el tiempo, porque es el principio fecundo de toda comunicación íntima y de toda creación.  Y Dios se da, ciertamente, porque su Ser es caridad, amor que se comunica.

Pues bien, figurémonos una MIRADA de afecto, de infinita complacencia, rebosante de inefable ternura entre las divinas Personas:  Padre, Hijo y Espíritu Santo, en que se comunican mutuamente la vida y el amor…

Contemplemos contristada, en cierto modo, a la Trinidad, al mirar el pecado del hombre; y cómo planea la Redención, obra del infinito Amor. Don del Amor divino, que hizo que todo un Dios se diese al hombre y tuviera en él sus delicias en la Encarnación del Verbo… Porque Dios es amor.  Y *¡amor que se da!...*


Escuchemos el siguiente diálogo entre el Padre y su Hijo divino:

_“Padre mío, ¿en qué puedo complacerte, puesto que soy el Hijo más amable, cariñoso y tierno? Te amo con un amor infinito, como sabes, porque en el principio ya era Contigo y el Espíritu Santo; Yo vine de tu vida y darte gloria es mi única delicia. ¿Qué te contrista?”…_

“¡La Humanidad!, Hijo mío; ¡pues en esas almas está la imagen de la Trinidad, porque Yo, al crearlas, puse en ellas mi sello inmortal, una comunicación de mi mismo Ser, y las amo como cosa mía! ¡Se necesita redimirlas! ¡El cielo se cerró por el pecado!”

_“Lo comprendo todo, Padre, porque Yo amo con tu mismo amor, con tu infinita caridad. Bajaré a la tierra, descenderé y me anonadaré. En el seno de una Virgen Inmaculada tomaré carne purísima y así cumpliré la promesa que hiciste en el Paraíso…_

¡Tu Justicia quedará satisfecha y la Humanidad salvada!

- “Hijo mío, la soberbia inunda la tierra”

_“Me humillaré sin medida ni límites”_

- “La sensualidad y la ambición de riquezas inunda el mundo”

_Seré la Pureza por esencia, Padre, no rehusaré ningún sacrificio”._

- “La ofensa hecha a Mí es inmensa”.

_“La borraré con mi obediencia a tu Voluntad. ¡Así quedarás satisfecho, Padre mío”._

Y entonces, el Padre envolvería a su Hijo con una mirada de infinita gratitud…¡Que abismos de caridad!...¡Meditemos…y agradezcamos!

   
*El Espíritu Santo*, que escucharía este diálogo sublime entre el Padre y el Hijo, a su vez diría:

“Yo realizaré esa Obra; porque es Obra de Amor – La Encarnación en María – en esa criatura perfectísima concebida sin pecado y que, en la mente divina, existe desde toda la eternidad… Yo uniré un Alma preciosísima al Cuerpo sagrado que formaré de la sangre de una Virgen, y nacerá de Ella. Por el mayor de los portentos, quedará la Virgen siempre pura y verdadera Madre de Dios.

¡Ha llegado el feliz instante! Yo perfeccionaré esa criatura, como un pintor enamorado de su obra predilecta; será concebida sin mancha original; en su alma purísima y en su cuerpo, mi "templo vivo", infundiré mis dones y carismas; y será el trono de la Sabiduría. 

Y esa Virgen _concebirá y dará a la luz un Hijo y se le pondrá por nombre Jesús_ Lc 1,31, es decir ¡Salvador!... Ya mi gozo es indecible, consagraré ese Tabernáculo. Ella será la Rosa mística, la Flor de los campos de la Iglesia”. 

¡Cuánto amaba a María desde entonces el Espíritu Santo!


Oración

¡Trinidad Santísima, te contemplo y te amo en la eternidad de tu Ser! En mi humilde pequeñez, te alabo, Padre, porque nos has dado a tu propio Hijo, al Verbo que bajó al mundo y se ofreció por nosotros, al Espíritu Santo que realizó la Encarnación.

*¡Espíritu amadísimo*, dame un corazón muy grande que sepa sentir y agradecer la misericordiosa bondad de la Santísima Trinidad y que, no con palabras sino con hechos, le pruebe mi fidelidad.

Amén.


lunes, 17 de abril de 2017

MEDITACIÓN DE LA PALABRA PARA LA SEMANA DEL 16 DE ABRIL DE 2017

LIBRO DE ZACARIAS 8,23

8. Perspectivas de salvación mesiánica.


23 Así dice Yahvé Sebaot: Aquellos días, diez hombres de todas las lenguas de las naciones asirán por la orla del manto a un judío diciendo: «Queremos ir con vosotros, porque hemos oído decir que Dios está con vosotros.».


V. Palabra de Dios
R. Te alabamos, Señor.