EL ESPÍRITU SANTO Y MARÍA EN LA
ANUNCIACIÓN
Lc 1,26-38
El arcángel Gabriel fue enviado por
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo a una Virgen humilde y desconocida para
el mundo, a María, la sola Inmaculada.
_"Dios te salve, llena de
gracia; el Señor es contigo"....Lc 1, 28_
¡Palabras sublimes con que todo un
Dios saludaba a la más pura de sus criaturas!...
María al escuchar la voz del Arcángel
se confunde en su humildad...
*El Santo Espíritu* le inspira esta
pregunta: _"¿Cómo será esto?"_ Y Gabriel responde: _"El Espíritu
Santo vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su
sombra.....". Lc 1, 35._
¡Diálogo que han repetido gozosos a
través de los siglos millones de cristianos!
¡Cuánto me encantas, Madre mía, en
este misterio inexplicable! Déjame que te contemple, te estudie, te mire María,
y me goce en tu grandeza sin nombre. ¡La Madre de todo un Dios, Madre también
mía!
_Lo santo que nacerá de ti será
llamado Hijo de Dios". Lc 1, 35._
¿Qué puedes temer, ¡oh María!, si has
hallado gracia delante del Señor; si eres el precioso objeto del amor del
*Espíritu Santo?*
El Arcángel explicó a María el
milagro de su prima Isabel, porque _"no hay cosa imposible para
Dios". Lc 1, 37._
Y Ella, *Esposa del Espíritu* Santo,
que le va a dar una fecundidad casi infinita, porque la va a hacer Madre de
Dios y de los hombres, responde llena del Espíritu Divino:
_"He aquí la esclava del
Señor, hágase en mí según tu palabra"._ Lc 1, 38.
Y al responder así María, abrazó la
divina Maternidad con todas sus dolorosas consecuencias.
_"El Verbo se hizo carne y
habitó entre nosotros". Jn 1, 14._
Vivió primero en el Corazón de
María; vino al mundo por el *Espíritu Santo*; y debía ser sacrificado en la
cruz por el *Espíritu Santo...*
¡Qué maravilla y prodigio del amor de
Dios -María, por su humildad sin semejante, Madre de su mismo Creador!-
¿Qué siente nuestro corazón al
contemplarla? ¿Al verla recibir al Espíritu Santo que hizo germinar en ella al
Verbo, esplendor del Padre, candor de la Luz eterna, Dios de Dios?...
¡Y el Verbo de Dios dejó el cielo,
para venir al pesebre, a ser la burla de los hombres, a la cruz... *por puro
amor!*...
El Verbo divino tomó nuestra carne.
¡Oh caridad incomparable que quiere unificar en Él todos los corazones! ¿Quién
podrá agradecer el infinito amor de todo un Dios?
ORACIÓN
¡Espíritu Santo, te amo en María y en
Jesús!
¿Cómo no agradecerte la acción
fecunda que hizo germinar la tierra y nos trajo al Salvador para hacernos
felices?
Adoro los designios del divino Padre,
autor de toda la creación, Uno contigo y el Verbo amadísimo que quiso tomar
carne para expiar el pecado y darnos la salvación.
¡Espíritu Santo, *Amor divino!*, dame
luz y gracia para saber amar al Padre, al Verbo y a ti con María y por María.
Amén.
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