LIBRO DE AGEO 2, 15-23
Promesa de prosperidad
agrícola. 15 Y ahora
prestad atención a partir de este día. Antes de empezar a construir el Templo
de Yahvé, 16 ¿qué os pasaba? Que ibais a un montón de grano en busca de veinte
fanegas, y no había más que diez; que entrabais en el lagar a sacar cincuenta
cántaros, y no había más que veinte. 17 Yo castigué vuestras labores con tizón,
añublo y granizo, pero ninguno os volvisteis a mí —oráculo de Yahvé—. 18
Prestad, pues, atención a partir de este día (desde el día veinticuatro del
noveno mes, día en que se echaron los cimientos del Templo de Yahvé, prestad
atención): 19 ¿hay grano ahora en el granero? Pues si ni la vid ni la higuera
ni el granado ni el olivo producían fruto, desde este día yo los bendeciré.
Promesa a Zorobabel. 20 Yahvé dirigió la palabra por
segunda vez a Ageo, el día veinticuatro del mes, en estos términos: 21 Habla a
Zorobabel, gobernador de Judá y dile: Voy a sacudir los cielos y la tierra. 22
Volcaré los tronos de los reyes y destruiré el poder de los reinos paganos,
volcaré los carros de guerra con sus aurigas, y serán abatidos caballos y
caballeros, cada uno por la espada de su camarada. 23 Aquel día —oráculo de
Yahvé Sebaot— te tomaré a ti, Zorobabel, hijo de Sealtiel, siervo mío, —oráculo
de Yahvé—y te haré mi anillo de sello, pues tú eres mi elegido — oráculo de
Yahvé Sebaot—.
V. Palabra de
Dios
R. Te
alabamos, Señor.
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